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Parece que impera en el mercado laboral la percepción de que a partir de los 45 años un candidato deja de contar en los procesos de selección. Que los filtros de edad aplicados lo autodescartan en las ofertas de empleo y los candidatos más “jóvenes” resultan más atractivos para los empleadores.

Pero para ver cómo se reflejan los prejuicios en la realidad  echemos un vistazo a los datos objetivos. Si analizamos los datos de paro registrado por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), de los 4.120.304 parados registrados en junio de 2015, casi 1.900.000 tienen 45 años o más. Este número es prácticamente el mismo que los que tienen entre 25 y 44 años.

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Otra cosa es si miramos la tasa de paro sobre la población activa para estos grupos de edad.

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Aquí encontramos una mayor incidencia del desempleo en los mayores de 45 años, cuya tasa de desempleo es un 5,3% mayor que la de los que están entre los 25-44 años.
Cuando analizamos los parados por niveles de estudios encontramos datos muy significativos. El volumen de parados es mucho mayor en los niveles formativos hasta la educación secundaria y se reduce notablemente en los que tienen formación profesional o universitaria. Traducido al mercado laboral, encontramos que aquellos que tienen una formación que les especializa sufren menos el desempleo y esto se repite igualmente independientemente del grupo de edad que analicemos. Más teniendo en cuenta que en torno a un 25% de la población española tiene formación universitaria.
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También hay diferencias significativas en el tiempo de permanencia en paro como demandantes de empleo:

duración-demanda-empleo
Observamos que, con igual número de demandantes en ambos grupos de edad, los más jóvenes tardan menos en emplearse, sobre todo durante los primeros 9 meses en paro son muchos más lo que encuentran empleo. Igualándose de los 9 meses a los 2 años y siendo mucho mayor (más del doble que los “jóvenes”) el número de desempleados mayores de 45 años que permanecen desempleados más de 2 años.

Además, según los datos del SEPE, observamos que a mayor nivel de formación mayor rapidez en encontrar empleo, sobre todo en los que permanecen más de 2 años como demandantes. El 22 % de los parados universitarios sigue desempleado tras 24 meses, mientras que para niveles de bachillerato o inferiores ese porcentaje es del 31%.

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Por tanto, los prejuicios del mercado laboral se materializan en que los mayores de 45 tienen una tasa de paro mayor y tardan más en emplearse cuando se quedan desempleados.

Pero mientras el tiempo pone las cosas en línea con el sentido común, la realidad es que con 45 años te quedan todavía más de 25 años de vida profesional activa, esto es más de la mitad del total de una vida profesional. Tienes 20 o más años de experiencia y un amplio bagaje de competencias profesionales transversales desarrolladas. Es un momento de plenitud productiva, pero los prejuicios de las empresas según el VII Informe de Mayores de 45 años en el Mercado Laboral, pesan más:

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Los prejuicios de las empresas no son el único factor, sino que existen otras barreras que el informe identifica y sobre las que los mayores de 45 años pueden trabajar para mejorar sus expectativas de empleo, como son:

  • 2/3 no adaptan sus candidaturas. Esto supone una gran desventaja con respecto a otros candidatos. No usar la misma candidatura para todo y adaptarla a las necesidades de la empresa incrementa posibilidades.
  • Más de 2/3 piensan que no van a llegar ni a la entrevista. Un factor determinante para superar un proceso de selección es la confianza en uno mismo. Si no confiamos en nosotros mismos la empresa tampoco lo hará.
  • La gran mayoría (90%) no utiliza las redes sociales. Hoy en día son “el” canal de empleo y la base para la gestión de contactos.
  • Más del 80% no se preocupa por los vacíos de actividad. Es fundamental que las empresas nos perciban activos, los vacíos tiene que estar llenos de proyectos personales, formación…

Sobre lo anterior, podemos sumar la falta de experiencia en procesos de selección. Normalmente los mayores de 45 años se han enfrentado a pocos periodos de búsqueda de empleo y afrontan la búsqueda actual desde prolongadas experiencias en la misma empresa. Necesitan potenciar sus competencias para la búsqueda de empleo y perfeccionar tanto su forma de elaborar candidaturas, como su forma de hacerlas llegar a las empresas (networking) como su preparación de las entrevistas.

Pero, aunque parezca mentira, el tiempo va a jugar a favor del empleo de los “senior”, por pura estadística. Si miramos la previsión de la evolución de la pirámide poblacional en España, vemos claramente que los “babyboomers” vamos a pasar en los próximos años al grupo de mayores de 45 y, junto con otros factores, se producirá un estrechamiento acusado de la pirámide en el grupo de 25 a 44 años. Con lo que las empresas van a tener que contar con los profesionales de más de 45 necesariamente… o no van a tener con quién contar.

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