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Margarita Albors es ingeniera industrial por la UPV. Tras unos años trabajando para distintas multinacionales, se marcha a EE.UU. para cursar un máster en Harvard. Allí entra en contacto con el emprendimiento social y, de regreso a España, decide crear una incubadora de empresas sociales. En esta entrevista, nos cuenta su experiencia y nos clarifica el concepto de empresa social.

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Cuéntanos como fueron tus inicios profesionales…
Estudié Ingeniería Industrial en la UPV y trabajé primero durante un año en Bonduelle, multinacional del sector de la alimentación, donde tuve una primera experiencia profesional muy gratificante. Posteriormente, me marché a Reino Unido donde trabajé en GlaxoSmithKline, una multinacional del sector farmacéutico. Fueron tiempos de esfuerzo y superación.

Tras dos años trabajando, decides viajar a EE.UU. para cursar un máster en Harvard, y allí surge tu interés por la empresa social…
Así es. Todo empezó por una serie de experiencias vividas en primera persona que me hicieron darme cuenta de que lo que quería con mi trabajo era poder poner mi granito de arena para ayudar a mejorar las cosas, especialmente por aquellas personas que lo tienen más difícil. Descubrí el emprendimiento social y vi el potencial de aunar el mundo empresarial y el social y la necesidad de hacerlo en nuestro país. Al final, este tipo de empresas surgen en ese instante en el que uno es consciente de que ha encontrado una solución a un problema social y así comenzó todo.

¿Por qué crear Socialnest? ¿Con qué objetivos nació?
El deseo de intentar dar respuesta a más de un problema social y tener un alto impacto social dio lugar a Socialnest. La incubación de empresas sociales tenía el efecto multiplicador que buscaba y, además, respondía a la necesidad de desarrollar un sector prácticamente desconocido en España y de futuro. Nuestro objetivo era y sigue siendo: apoyar y respaldar a emprendedores sociales y ayudarles a impulsar sus proyectos de emprendimiento social.

¿Cómo definirías este proyecto? ¿Y el emprendimiento social?
Emocionante, sin lugar a dudas. Cada edición nos permite volcarnos con nuevos proyectos empresariales. Socialnest un proyecto pionero en España que da la oportunidad a personas, empresas, entidades de perfiles muy diversos participar y poner también su granito de arena a través de proyectos innovadores y de alto impacto social. El emprendimiento social es nuestra razón de ser. Busca provocar una mejora social a través de un proyecto empresarial, basado en unos valores y principios que desde Socialnest transmitimos a la sociedad civil.

¿Qué acogida ha tenido Socialnest en el mundo empresarial valenciano? ¿Y a nivel cultural y social?
El descubrir que la empresa social y de sostenibilidad económica no están reñidas, sino todo lo contrario, es lo que más llama la atención. Si bien el emprendimiento social aún está por desarrollar, en la Comunidad Valenciana hay grandes empresarios sociales que son referente a nivel nacional e internacional.

En que consiste el Programa de Incubación de Empresas Sociales, ¿en qué consiste este programa?
El programa de Incubación es el que da origen a Socialnest y se fundamenta en un apoyo  integral al emprendedor, al que ayudamos a pasar de 0 a 100. Les apoyamos en la búsqueda de su modelo de negocio, en la definición y afianzamiento de sus objetivos, les orientamos para buscar financiación…y les proporcionamos formación y apoyo por parte de expertos en emprendimiento social y empresarial. Tenemos dos citas que nadie se puede perder: diciembre y la nueva convocatoria de programas, que en la cuarta edición contará con muchas novedades.

¿En qué situación se encuentran los proyectos en los que colaborasteis en las ediciones anteriores? ¿Hay alguno que este destacando?
La mayoría de ellos están generando ya impacto social. A día de hoy hemos apoyado a más de 20 proyectos dentro de nuestro programa de incubación, y hemos asesorado puntualmente muchos otros. Como es imposible destacar a todos, por el impacto social generado mencionaría: Vakili, Nosotras Deportistas, Huertos Compartidos o Sostenibilidad a Medida, y otros que están cogiendo mucha fuerza como Obsidiana, Yahora, Fábrica de Jabón o ¿Cómo quieres vivir? En casi todos los casos llegaron a Socialnest como una simple idea y poco a poco van tomando forma y convirtiéndose en una realidad.

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¿Con qué dificultades se encuentran los emprendedores sociales? ¿Son distintas de las de los emprendedores “tradicionales”?
Las empresas sociales, al igual que cualquier empresa, deben buscar la sostenibilidad económica pero a diferencia de las empresas ‟tradicionales”, éstas deben incluir el componente social y cuidar el aspecto innovador que ofrecen. Es aquí donde radica su idiosincrasia y su mayor reto: el conseguir aportar valor en lo económico, social y medioambiental. También hay aspectos culturales en nuestro país que suponen una barrera para emprender socialmente o la falta de financiación específica, especialmente, en lo que inversión se refiere, para este tipo de iniciativas.

¿Qué retos de futuro te planteas, tanto en Socialnest como fuera de este proyecto?
El futuro de Socialnest pasa por seguir aumentando nuestro impacto social. Ya estamos trabajando en ello, la próxima convocatoria de proyectos contiene muchas novedades en cuanto a programas y proyectos a los que apoyaremos, y además fomentamos un ecosistema social que repercuta en el bienestar de la sociedad y donde todos los agentes sociales encuentren a través del emprendimiento social su manera de aportar.

¿Qué te aporta pertenecer a la Asociación de Antiguos Alumnos de la UPV? ¿Qué significa para ti?
Al igual que buscamos en Socialnest, cuando hablamos de la creación de un ecosistema social, la Asociación de Antiguos Alumnos es un espacio donde poder estar cerca y compartir con una amplia red de profesionales de diversas disciplinas, lo que tiene un gran potencial para el enriquecimiento personal y profesional.