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Enfrentando las entrevistas "de tensión"

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Hoy en día, cuando afrontamos la búsqueda de empleo, nos encontramos con un incremento de la competencia para cada puesto, pero también con un incremento de la exigencia por parte de las empresas, que se vuelven más meticulosas y tratan de acertar al 100% cuando eligen un candidato. En las entrevistas, muchos profesionales han pasado de escuchar: ¿cuándo puedes empezar? a escuchar: ya te llamaremos o estamos valorando más candidaturas…

La cuestión es que los procesos de selección se alargan y las entrevistas se hacen más difíciles y, en ocasiones, los entrevistadores tratan de llevar a los candidatos a situaciones límite o conflictivas para ver cómo se desenvuelven realmente. En este sentido, es posible que como candidatos tengamos que superar una entrevista de presión o tensión. En este caso el entrevistador trata de crear un clima difícil para el candidato, despreciando, por ejemplo, sus aptitudes para el puesto, su formación o su experiencia anterior. Con esta situación el entrevistador no busca provocar al candidato gratuitamente, sino evaluar la capacidad del mismo para defender su candidatura cuando es atacado y valorar su estilo de respuesta; un estilo de respuesta que será fácil que repita frente a clientes, proveedores o colegas de trabajo.

La asertividad, la agresividad y la pasividad

Este tipo de evaluación es importante cuando el puesto que se pretende cubrir conlleva funciones de relación y seguimiento de clientes, soporte técnico, etc. en los que el cliente puede, por ejemplo, reclamar y exigir a la empresa determinadas garantías o servicios que van más allá de lo contratado y el candidato debe saber defender el trabajo y el negocio de su empresa manteniendo la satisfacción del cliente.

Por lo general, en este tipo de entrevistas, se suele buscar un estilo de respuesta que se denomina “asertivo”, descartando aquellos candidatos que responden de manera pasiva o agresiva a las presiones del entrevistador.  Digamos que, “como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la agresividad y la pasividad. Suele definirse como un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Cabe mencionar que la asertividad es una conducta de las personas, un comportamiento. Es, también, una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia”.

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La forma “asertiva” de responder

Trasladado a un ejemplo en la entrevista, supone que, ante afirmaciones del entrevistador como pudieran ser: ¿Para qué ha estudiado este máster? Esto no sirve para nada, …No sé porque le han llamado para la entrevista, no veo que pueda aportarnos nada…esto va a ser una pérdida de tiempo… un candidato con un estilo de respuesta pasivo respondería intentando no ofender al entrevistador y aceptando su punto de vista, con respuestas del tipo …bueno, en ese momento lo estudié pensando que era una buena idea… bajando la voz y acompañando sus palabras con gesto cabizbajo, encogiendo los hombros y bajando la mirada. Un candidato con estilo de respuesta agresivo contraatacará semejante crítica …pero… ¿Cómo se atreve a decir eso? ¿Qué formación tiene usted? Seguro que ni siquiera ha terminado una carrera… o …Yo he venido aquí para hacer una entrevista seria…el que está perdiendo el tiempo soy yo… elevando el tono y acompañado de una mirada penetrante directa a los ojos del entrevistador inclinándose hacia el mismo en una postura rígida.

A diferencia de estas dos respuestas, un candidato con un estilo asertivo, mantendrá el mismo tono con el que inició la entrevista, pondrá en duda las afirmaciones del entrevistador y las rebatirá de forma constructiva tratando de acercarle a su punto de vista, estableciendo un contacto visual e inclinándose ligeramente hacia él manteniendo una postura relajada. Sus respuestas irán en esta línea: Bueno, esa es su opinión, yo estoy de acuerdo en que hay muchos máster inútiles, con profesorado inexperto…  pero precisamente realicé ese máster por mi gran interés en… y para mejorar mis competencias en… además lo seleccioné porque los profesores eran todos profesionales con amplia experiencia en empresa… me ha permitido incrementar mis conocimientos de…. que en su empresa estoy convencido me permitirán incrementar… mejorar… reducir… y además he mejorado y adquirido competencias clave para un puesto como el que buscan, como son… trabajando con casos reales…

No se trata de cambiar personalidad sino de conducta

Con la respuesta asertiva, partimos de destacar aquello que compartimos o podemos llegar a compartir con el entrevistador, le hacemos ver que le entendemos y, dese ese entendimiento pasamos a defender candidatura, que es para lo que hemos acudido a la entrevista, mostrando que hacemos las cosas con un objetivo, que somos capaces de analizar opciones, tomar decisiones y aprovechamos para destacar aquello que aportamos al puesto siempre en positivo y pensando en las necesidades de la empresa. De esta manera la probabilidad de convencer al entrevistador de nuestro punto de vista, será muy alta. Actuar de manera asertiva ante críticas y presiones en la entrevista, será mucho más fácil si nos hemos preparado adecuadamente y nos hemos documentado en profundidad sobre la empresa.

Tal vez algunos piensen que no pueden cambiar su forma de ser o su personalidad o que no merece la pena porque no quieren dejar de ser ellos mismos. Pero no estamos hablando de cambiar la personalidad, sino conductas concretas ante determinadas situaciones. Aunque cada uno de nosotros tenga una tendencia a responder más habitualmente con alguno de estos estilos, actuamos de manera pasiva, asertiva o agresiva en diferentes momentos en función del entorno, la persona con la que interactuamos y nuestro aprendizaje anterior. La asertividad es un estilo de comunicación que podemos practicar y entrenar, no solo para afrontar entrevistas difíciles, sino para afrontar multitud de situaciones de nuestra vida profesional y personal.

Esta infografía nos permite hacernos una idea de cómo se muestra cada uno de estos estilos de comunicación en diferentes ámbitos del trabajo.
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Puedes autoevaluar tu asertividad con este test y te recomendamos esta presentación.