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El Foro Económico Mundial ha publicado un informe en 2017 en el que lo dice claro: Demasiados países dejan de prestar atención a la formación de los trabajadores y se ocupan solo de crear empleo barato, sin pensar en su grado de productividad, en su futuro y en un aprovechamiento más óptimo de los trabajadores.

España se encuentra en el puesto 44 de los 130 países valorados, muy por debajo de su peso. Kazajistán, Tailandia, China, Rumanía, Rusia, Polonia… Todas estas naciones están por delante de la nuestra en lo que tiene que ver con el adecuado desarrollo y aprovechamiento del capital humano.

Fuente:-World-Economic-Forum

Fuente: World Economic Forum

¿Cómo se mide ese índice? Puntuando de cero a cien la alfabetización, el grado de educación recibida, la participación laboral, el paro, el subempleo, la calidad de la formación reglada y la formación en las empresas, entre otros aspectos. Tener un 70 en este índice es considerado como un grado de desarrollo alto. Y España tiene 65, lejos del 71 con el que se puntúa a países nórdicos, Suiza, Estados Unidos o Alemania.

Esta información nos hace pensar en los resultados publicados por el Balance de Situación de 2016 creado por la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae) que apunta que por cuarto año consecutivo, en 2016 disminuyó el número de empresas que invierten en formación para sus empleados. En concreto, en 2016 367.770 compañías apostaron por formación a sus trabajadores, un 16,3% menos que en el año anterior.

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Fuente: Fundación Estatal para la Formación en el Empleo

Eso sí, no ha disminuido el número de empleados formados en el mismo porcentaje, sino que ha permanecido en el mismo número de un año para otro: 2,5 millones de ocupados recibieron formación, algunos incluso participaron en varias acciones formativas.

Uno de los problemas que apuntan los sindicatos es que los centros formativos ofrecen siempre los mismos cursos generalistas en modalidad a distancia sin tener en cuenta qué necesidades tienen las empresas o los empleados.

El primer valor de una empresa son sus empleados y si estos no se forman, no se reciclan, no están en contacto con otros profesionales del sector aprendiendo y mejorando sus habilidades, descartando lo obsoleto, incorporando nuevas tendencias… Eso provocará una muerte lenta y prematura de gran parte del tejido empresarial español.

Para aquellos que piensan que formar a sus empleados puede convertirse en un arma de doble filo porque puede convertirlos en más competitivos y preparados y que migren a otras empresas, les recordamos que el efecto de una plantilla obsoleta, anquilosada y sin incentivos es quizás peor.

¿Por qué creemos que la formación y el aprendizaje deben durar toda la vida profesional?

  • Una persona formada tiene más posibilidades de alcanzar mejores puestos de trabajo porque es más útil a su empresa. Y que un empleado sepa que no tiene porqué estancarse, que el techo que antes se dibujaba sobre su cabeza se va eliminando, que es posible que en un futuro tenga mejor sueldo, mejores condiciones, más experiencia… Eso es una persona motivada. Y no hay nada mejor para una compañía que tener empleados con la motivación muy alta.
  • Una plantilla que recibe formación de forma periódica dispone de mayores y mejores recursos con los que enfrentarse a nuevos retos o a problemas. Serán más resolutivos e innovadores, llevando a la empresa a puntos que quizás antes eran imposibles. Y si eso ocurre, si la empresa mejora cada vez más, podrá tener más cuota de mercado, competir mejor, abrirse a ofrecer otro tipo de productos y servicios… La lista de mejoras es infinita.
  • Cuando una compañía confía en sus trabajadores y en su potencial como para invertir en que se formen, les está demostrando esa confianza de forma palpable, algo que un trabajador valora mucho y tiene un impacto muy positivo en su satisfacción personal con respecto a la empresa. Está demostrado que ese tipo de relación empresa-empleado beneficia a ambas partes por igual.
  • Si un trabajador invierte en su formación, por su cuenta, invierte en su futuro. Se convierte en un empleado no solo útil hoy, sino también en los años venideros, ya que puede anticiparse a cambios, a nuevas modas, a conocimientos que más adelante serán demandados como indispensables.

Nosotros en la Asociación de Antiguos Alumnos de la UPV somos firmes creyentes de la importancia del aprendizaje y la formación en todas las etapas de nuestra vida profesional. Cuando salimos de la carrera creemos saberlo todo, pero lo cierto es que especializarnos, profundizar en ciertas materias que los curriculums académicos tocan solo de puntillas, aprender otro idioma… Todo eso puede ser el valor diferencial para entrar en el mercado laboral.

Y una vez hemos encontrado trabajo, dejar de formarse es sinónimo de morir de éxito. Confiamos en la eficacia del networking, de participar en cursos y ponencias, de aprender en talleres, de estar al tanto de la bibliografía de nuestro sector… Confiamos tanto que llevamos 25 años dedicándonos en exclusiva a guiar e inspirar al antiguo alumno para que nunca deje de ser el alumno que un día fue.

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Si quieres conocer más sobre nuestras actividades, nuestras propuestas de formación y networking y nuestros eventos, te invitamos a visitar nuestra página web.

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