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Aunque la frase no es suya y es un clásico en el recetario tradicional español, es a mi suegra a quién más se la he oído decir cada vez que le preguntábamos mi mujer o yo sobre una determinada receta para alguna masa. Claro, para los que somos neófitos o poco experimentados en la cocina, el nivel de precisión en los ingredientes es más que importante una necesidad y, al insistirle sobre cantidades exactas la respuesta es “la propia masa te lo dice”. Podemos imaginar el nivel de frustración al ser incapaces de concretar la cantidad en el sistema métrico decimal… Esto mismo ocurre cuando le preguntamos por cantidades de otros ingredientes o tiempos de cocción.

La única forma de aprender lo que significa “harina, la que admita” es ponerse “en harina”, con las manos en la masa y comprobar por uno mismo en que punto ya no admite más harina. Quedarnos cortos, pasarnos, volver a quedarnos cortos… No es una apología del ensayo y error, sino del valor de la vivencia, de adquirir conocimiento a través de la experiencia. Un conocimiento que se queda con nosotros, en la mayoría de casos, para siempre.

Por muchos videotutoriales que veamos, nada deja la misma impronta que experimentarlo, que sentirlo. Vemos el videotutorial y, al mismo tiempo, lo hacemos nosotros. Es en esa acción en la que consolidamos el aprendizaje. Podemos hacer muchos cursos o programas de formación en estrategia, en comunicación, en gestión de proyectos, pero si no incluyen la práctica de alguna forma, difícilmente podremos consolidar los aprendizajes. Y, además, hasta que no llevamos todo ese conocimiento a un contexto real y lo ponemos verdaderamente a prueba, no terminamos de consolidarlo plenamente.

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Todo este know-how es personal y solo parcialmente transferible, debido al componente fundamental de experimentarlo por uno mismo. En este sentido, cuando una organización sufre una rotación importante en puestos cualificados y clave, está sufriendo al mismo tiempo una gran merma de aprendizajes, que desaparecen de la empresa “como lágrimas en la lluvia”.

Este aprendizaje experiencial sucede también en los procesos de coaching, en los que el coach actúa como facilitador, pero no da las respuestas, sino que deja que su “cliente” las descubra e interiorice los aprendizajes que en ellas subyacen.

Hace poco celebramos nuestra cena de gala y, como cada año, escogimos un tema en torno al que gira toda la acción que dinamizamos a lo largo de la noche. Otros años han sido temas como “haciendo las cosas de forma diferente” o “todo es posible”… Este año los superhéroes y superheroínas de carne y hueso con sus superpoderes reales han sido el leit motiv bajo el lema “¿te subes al futuro?”. En una época en la que hablamos mucho de talento, de su gestión y de su desarrollo, la experiencia y la resiliencia, son dos “super”-poderes que vuelven a la persona invencible y capaz de casi todo. El talento sin el aprendizaje experiencial sirve de bien poco, más allá de algunos momentos de brillantez fugaz.

El talento sin el aprendizaje experiencial sirve de bien poco, más allá de algunos momentos de brillantez fugaz

En definitiva, para que sirve el talento si lo desperdiciamos con un mal enfoque y no lo dotamos de la necesaria oportunidad de ponerlo en práctica para que cobre verdadero sentido…

Lo mejor que podemos dar a los alumnos es la capacidad de experimentar en sus carnes para que sirven todas esas enseñanzas. Desde Bluered e Innova&acción diseñamos nuestras acciones formativas en torno a competencias clave, pero poniendo el foco en la adquisición de experiencia por parte de los participantes, siguiendo metodologías que hacen real el learning by doing y que fuerzan a salir de la zona de confort para visitar la zona de aprendizaje e ir más allá. Si quieres empezar fuerte el 2019 y probar lo que es aprender haciendo, te invitamos a que le eches un vistazo a las primeras actividades que estamos programando para el próximo semestre. Dos ejemplos destacados con foco en potenciar al máximo el talento joven con grandes dosis de experiencia son:

  • Programa de Iniciativa Emprendedora, un programa 100% becado en el que los jóvenes participantes (menores de 30 años) combinan las sesiones de formación con el desarrollo completo de un proyecto empresarial mentorizados por los mejores expertos.
  • Hackathon Innova&acción Business Challenge, una oportunidad única para que los jóvenes talentos pongan a prueba sus capacidades trabajando en equipos, sobre retos reales de empresas y en un entorno de alto rendimiento y alta exigencia. También puedes ver aquí qué opinan los participantes

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