fbpx

Las vacaciones, como el matrimonio por amor, son una invención relativamente moderna. Hasta hace relativamente poco tiempo, sólo algunos aristócratas dejaban sus residencias habituales para disfrutar de semanas o meses de ocio y relax. A principios del siglo XX las vacaciones comenzaron a verse como un derecho para todos los trabajadores y en 1948 Naciones Unidas, declaró las vacaciones como un Derecho Humano.

blue-red-desconexión-on-off
Hoy día, en los “países desarrollados” se va más allá y, prácticamente todos los expertos opinan que, para comenzar una nueva temporada laboral con energía y ganas, es fundamental descansar, como mínimo, entre una semana y diez días.

estadísticas-uso-de-emailLas vacaciones son necesarias para tener un período de desconexión y, más que el lugar de descanso, lo que importa es cómo se aprovecha ese tiempo. Según algunos autores, está “hipervalorado” el estar haciendo siempre algo, dejando de lado el ocio. Las vacaciones no deben verse como un conjunto de actividades que al final terminan cansando más.

Pero, nuestro cerebro no funciona como una máquina que pueda encenderse o apagarse. Por ello, descansar y desconectar no son sinónimo de ausencia de actividad mental. No existe la desconexión total, lo que debemos evitar son las situaciones de estrés y ansiedad e intentar alejarnos de los problemas y dolores de cabeza con los que convivimos a diario, sean los que sean.

Son muchos los consejos que se dan a la hora de comenzar esa “desconexión vacacional” pero algunos de ellos no son fáciles de seguir para todos. Ahí van algunos:

 

  • Cambia de ritmo. Si es necesario, apúntate a “lo slow”. Se trata de que pienses que no tienes que correr para hacer la compra o, incluso, para bajar a la playa, cinco minutos más o menos no te deben importar.
  • Disfruta de placeres. Con ello nos referimos a las cosas que te hagan sentir bien y que te gustan. No te dejes llevar por las modas, piensa que es aquello que realmente te hace feliz y hazlo.
  • Recupera el déficit de sueño acumulado. Los expertos recomiendan 8 horas diarias y 30 minutos de siesta.  Es posible que, aunque creas que duermes lo suficiente durante el año, tu sueño no sea de calidad debido a causas como el “síndrome de fatiga informativa” que es el efecto negativo que tiene la sobreinformación en nuestro cerebro. Si además las informaciones son negativas, aumenta la tensión mental.  Mientras descansamos, además, nuestro cerebro se centra en tareas más mundanas y no por ello menos importantes, como consolidar lo aprendido en nuestra memoria, por poner un ejemplo.vacaciones-redes-sociales
  • Desconéctate también de la tecnología. Según la Asociación Americana de Psicología, el 34% de los trabajadores admite que con las nuevas tecnologías es más difícil dejar de pensar en la actividad laboral. De hecho, se tiende a no trazar límites claros entre la vida familiar y profesional, lo que lleva la insatisfacción en los dos ámbitos.  Abandonar el uso de aparatos electrónicos, paulatinamente, dejar de consultar el correo o relajar nuestra actividad en las redes sociales puede ayudarnos en este objetivo. Incluso, dosificar las horas de teléfono móvil (sí, sí, también es tecnología) es parte de esta “desconexión”. Por si quieres hacerlo poco a poco, te dejamos algunos gadgets para viajeros que pueden darte una excusa para hacer uso de la “aparatología”.

 

  • Incluye ejercicio físico en tus rutinas diarias. Las vacaciones pueden ser un buen momento para cogerle el gusto. Unos 40 minutos diarios son estupendos.

Si pese a todo el verano no es lo tuyo o eres incapaz de desconectar, piensa que no eres el único.


pensamientos-vacacionesEl verano te deprime

Sí, sí, y no sólo eso, te pones enfermo en vacaciones.

Pues no estás solo. Y es bastante más común de lo que crees, ya que:

  • Durante el período de normalidad laboral el estrés es más alto y mantiene elevados los niveles de algunas hormonas como el cortisol (con efectos antiinflamatorios) y la adrenalina (que estimula el sistema inmunológico).
  • En los períodos de descanso cambiamos de ambiente, entorno, hábitos,… La alimentación, el calor y otros factores se ven modificados.
  • Nos damos cuenta de determinados síntomas a los que no damos excesiva importancia (estamos ocupados) a lo largo del año pero que nos preocupan en este período y, de ahí, que vayamos al médico en ese momento.

Si a ello le sumas que existe una modalidad del denominado Trastorno Afectivo Estacional (TAE) que se da en verano (habitualmente se produce en invierno y, en menor medida, en otoño), no estás solo en eso de que el verano y las vacaciones no sean lo tuyo. Y, ¿por qué?

El verano está lleno de cambios que pueden afectar anímicamente a una persona. El insomnio, la perdida de apetito o los cambios de humor, pueden deberse a que:

  • Aumenta la humedad, que a mucha gente le produce malestar y eleva la irritabilidad, y las temperaturas, lo que no gusta a todo el mundo.
  • Se produce un efecto similar al de la gente que se deprime en Navidad, cuando hay luz y buen tiempo y familias que disfrutan juntas, frente a gente que se siente sola.
  • Aumentan las horas de ocio y, por tanto, hay más tiempo para pensar, en el sentido más negativo de esta expresión.
  • La imagen corporal cobra más importancia, lo que afecta a aquellos que no están satisfechos con la misma.

Eres incapaz de desconectar

O no sólo eso, sino que no quieres desconectar. Pues tampoco eres el único.

vacaciones-culpa-Asia-MéxicoAlgunos abogan por lo que denominan las “trabacaciones”. Levantarse, leer, enviar algunos correos electrónicos e ir después a dar un paseo por la playa. Más tarde, escribir un informe y luego salir a cenar cono unos amigos.

Para los defensores de este modelo, antes de Internet, se producía una ruptura forzosa con el trabajo que suponía una carrera salvaje para dejarlo todo cerrado antes de “descansar” y se llegaba al destino turístico agotado y con la mente llena de preocupaciones. Cuando uno lograba relajarse, ya era hora de volver a trabajar.

Los expertos, como hemos señalado, insisten en que esto no es lo adecuado, pero los que se apuntan a esos planteamientos argumentan cuestiones tales como mantenerte al día, no perder el control, no perder el contacto, no perder seguidores, … Y los más radicales dicen “si mi trabajo me encanta y es un placer, ¿por qué debo evitarlo?”

Y tú, ¿qué opinas?