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Beatriz Carbonell Ferrer es licenciada en Bellas Artes por la UPV. Ha dedicado su carrera profesional al mundo de la escultura, especialmente en mármol y otros tipos de piedra. En esta entrevista nos cuenta cómo es el trabajo diario de un escultor y cuál es su visión sobre la profesión.

002F_beatriz_carbonell_trabajos¿Qué te llevó a estudiar Bellas Artes en la UPV? ¿Cuál era tu vocación cuando eras niña?

Antes de entrar en la universidad no sabía muy bien qué quería estudiar aunque tenía claro lo que no me gustaba. Estuve viendo qué se hacía en escuelas de arte como Barreira, hablando con gente que había hecho diseño y finalmente me decidí por Bellas Artes en la UPV.

Cuéntanos cómo fueron tus inicios profesionales.

Como en casa no tenía espacio para montar un taller y practicar, hice mil horas en los talleres de escultura y de grabado de la facultad. Algunos profesores incluso me preguntaban bromeando si no tenía casa. Al acabar, monté un pequeño taller entre los naranjos de la casa de campo de mis padres. Poco a poco iba recogiendo piedras, iba practicando con la ayuda de Vicente Ortí, uno de mis profesores de talla de la universidad con el que aún mantengo el contacto. También buscaba espacios en los que poder exponer a través de la concejalía joven del ayuntamiento de Valencia y me presentaba a concursos por toda España. Conseguir las primeras exposiciones es muy importante para un artista, es ahí donde ves como reacciona la gente ante tu obra, si funciona o no.

Además de hacer mis pinitos en el mundo de la escultura y las exposiciones, hice un poco de todo: logos, escaparates, montaje de belenes, etc. También realicé los cursos del CAP y empecé a dar clases, primero en un colegio concertado en Llíria y luego me preparé las oposiciones y entré en bolsa de trabajo. Durante cuatro años estuve dando clases en secundaria y bachillerato.

Luego decides dedicarte a la escultura al 100%, ¿qué motivó esta decisión?

Con el paso del tiempo ves qué te aporta más y qué menos, y puedes ir definiendo tu camino. En 2005 decidí dejar la docencia porque, a pesar de tener unos periodos vacacionales amplios, no me permitía viajar todo lo que yo quería para participar en los simposios internacionales para los que comenzaba a ser seleccionada. Entonces aposté. Pensé que, si dedicándole un 50% de mi tiempo a la escultura estaba consiguiendo pequeños logros, podría llegar más lejos si le dedicaba el 100%.

Al día siguiente de haber dejado mi puesto de docente, recibí la notificación de que había sido seleccionada para participar en el simposio de Brusque, en Brasil, que era uno de mis simposios de referencia en esos años.

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Mármol de Espíritu Santo. 165 x 165 x 165 cm. V SIMPOSIO INTERNACIONAL DE ESCULTURA EN PIEDRA. Brusque, Brasil Noviembre 2005

Desde entonces me dediqué a hacer más trabajo de taller y a tratar de vender mi obra y también a viajar y participar en simposios y exposiciones.

¿Cuál es la dinámica de un simposio en el campo de la escultura? ¿En qué consiste?

Un simposio, en escultura, es un encuentro de artistas en el que se trabaja al aire libre en una zona pública durante 20 o 30 días. En ese periodo se trabaja con un horario fijo (de 8 a 8 por ejemplo) y cada artista realiza su obra, desde que llega el bloque de piedra en bruto de la cantera, hasta conseguir un acabado limpio y fino. Muchas veces se colabora con facultades de arte y van alumnos a ayudar en el proceso y aprender. También hay visitas de colegios en las que los más pequeños se pueden familiarizar con la escultura, conocer a los artistas, hacerse fotos o llevarse algún trocito de piedra. Está comprobado que estas esculturas son las que menos se graffitean. La gente del barrio las conoce, las ha visto “nacer” y, por ello, las cuida más. Este tipo de encuentros permiten acercar el arte a las personas de a pie y esto es muy enriquecedor.

Además para los artistas también es muy interesante. Nos permite trabajar en grandes volúmenes, hacer obra de gran formato. Por tu cuenta, a no ser que tengas un encargo muy específico y bien detallado, no sueles trabajar estas dimensiones, sobre todo, porque se requiere de cierta maquinaria, materiales, espacio y presupuesto, claro. También hacemos muchos contactos profesionales y personales, se aprende mucho, surgen sinergias y colaboraciones.

¿Se realizan encuentros de este tipo en España?

En España nunca ha habido demasiados encuentros y, en los últimos años, menos todavía. Aún así, he podido participar en algunos y se han hecho cosas interesantes.

Por ejemplo, en Uncastillo, un pueblo de Zaragoza que tiene una cantera en la que se explota piedra arenisca, se hizo un simposio en el que se invitaba a los artistas a utilizar ese material para hacer esculturas que luego enriquecieran el patrimonio cultural y artístico de la villa. El simposio, del que se hicieron dos ediciones, una en 2005 y otra en 2007, estaba organizado por las autoridades municipales y por la Cantería Olnasa. Hoy, las esculturas están distribuidas por el pueblo y se quiere hacer unos folletos que expliquen el proyecto para explotar este patrimonio a nivel turístico. Que la gente que llega al pueblo y se encuentra con las esculturas sepa qué es lo que está viendo.

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Escultura “Montonet” realizada en Un castillo y proceso de elaboración de los “Pies cuna” de Camponayara

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Los “Pies cuna” de Camponayara en su ubicación actual

Otro caso curioso es el de Camponayara, un pueblo de León cercano a Ponferrada, y por el que pasa el Camino de Santiago. En las guías que se dan a los peregrinos, junto al nombre del pueblo, ponía “sin interés” y la gente paraba poco más que a comprar pan y agua. El alcalde que había entonces pensó que tenía que hacer algo. Un sobrino suyo, que es escultor le propuso crear un simposio y así dotar al pueblo de un patrimonio artístico actual y moderno. Tuve la ocasión de participar en la tercera edición de este simposio en el que realicé dos “pies cuna” en la que los peregrinos del Camino de Santiago pudieran tumbarse a descansar. Como se puede ver en una foto del parque en el que está ubicada la escultura, la gente la está utilizando, puesto que alrededor de los pies, el césped está bastante perjudicado.

Actualmente resides y trabajas en Logroño, ¿eres freelance? ¿tienes tu propio estudio?

A mi marido le destinaron profesionalmente a Logroño y decidimos venir. Al fin y al cabo, yo podía montar mi taller en cualquier lugar.

Ahora mismo, tengo dos hijos pequeños y no dispongo de mucho tiempo, por lo que no tengo taller como tal. Aunque algunas noches mi cocina se convierte en un improvisado taller de cerámica.

La verdad es que este periodo más calmado, a nivel profesional, me está viniendo bien para reflexionar y para analizar lo que he hecho hasta ahora y por dónde quiero continuar.

Además intento sacar tiempo para conocer a los artistas de la región, ir a exposiciones, mantener los contactos que tengo. Por suerte, me siguen llegando invitaciones para participar en simposios y exposiciones. Y, aunque las rechazo, intento siempre justificar mi declinación y guardar la invitación para más adelante. Espero poder recuperar mi marcha en este aspecto en un par de años.

¿Cómo definirías tu obra?

escultura-pequeño-formato-por-Beatriz-Carbonell-FerrerEn los últimos 15 años me he dedicado fundamentalmente a la escultura, y dentro de ella, en un 80% a la piedra. Es mi material favorito, en concreto el mármol. Aunque también he trabajado con cerámica, bronce o siliconas, sobre todo en obras más experimentales.

A nivel conceptual creo que mi obra es sencilla. Me gusta que mis obras hablen de mí, de mi día a día, de sentimientos, de relaciones ya sean de pareja, familiares o de amistad para conectar directamente con el espectador.

También me gusta que cuando están terminadas se puedan tocar y sentir cerca. Por ejemplo, si tengo una obra de gran formato en la calle, no me gusta que esté situada en una rotonda. Prefiero que se ubique en un parque, en un jardín, en un espacio en el que los niños puedan subir, sentarse y tocarla.

Por otro lado intento que las obras que hago, tanto en pequeño como en gran formato, tengan una relación directa entre ellas, que se complementen y que formen parte de la misma colección en cada momento. No todos los diseños funcionan bien en todos los tamaños, hay que estudiar las proporciones, el espacio donde se va a ubicar y el punto de vista del espectador, entre otras cosas.

¿Cómo es tu día a día?

Como profesional autónomo tengo que encargarme un poco de todo y no solo de crear obra. Cuando me dedicaba a mi profesión a jornada completa solía empezar el día haciendo labores más administrativas. Respondía emails, buscaba y leía convocatorias, trataba de mantener el contacto con las personas encargada de la gestión cultural tanto pública como privada, con galerías, etc. Una parte de mi trabajo, por ejemplo, consistía en ir a exposiciones para conocer a los artistas, a los críticos y a los comisarios. Si tú no te mueves, nadie llama a tu puerta. La promoción para los artistas es fundamental, y muchas veces se descuida porque nos encerramos en el taller y nos cuesta salir y sociabilizar. Yo era consciente de que si no contaba lo que estaba haciendo, nadie se iba a enterar. Si eres la única española que ha sido seleccionada para un simposio en Brasil o en China o en Nueva Zelanda o donde sea, tienes que hacer que la información llegue a quien pueda difundirla o a quien pueda resultarle relevante. Esa es tu responsabilidad también. Por ejemplo, cuando estuve en el simposio en Rosario (Argentina), mi obra se ubicó en el Centro Cultural de España y el embajador me hizo una carta de agradecimiento para que luego pudiera presentarla aquí.

Así que además de producir, tienes también que dar a conocer tu obra y también es importante saber presentarla (hacer fotografías, escribir lo que has querido representar, etc.)

¿Con qué proyecto o trabajo te sientes más realizada?

Hasta que he tenido hijos de carne y hueso, siempre decía que mis esculturas eran como hijos, por la implicación emocional y la dedicación que conlleva hacer una obra.  Hay una en concreto a la que le tengo especial cariño y en la que estuve trabajando nueve meses. Se trata de una maqueta, de una reproducción de las termas romanas que hay en mi pueblo, Llíria. Tuve la ocasión de trabajar mano a mano con los arqueólogos y fue una experiencia muy bonita. Trabajamos mucho y también nos divertimos. Se expone en el MALL (Museu arqueològic de Llíria).

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MUSEU ARQUEOLÒGIC DE LLIRIA. Maqueta del Santuario y Termas romanas.

La verdad es que siempre me he sentido muy bien en cada viaje y también cuando estoy encerrada en el taller, experimentando y tratando de dar forma a las ideas que tengo. También disfruto mucho de ese gusanillo que te entra cuando ya tienes la fecha cerrada para una exposición y ésta se aproxima y tienes que cuidar todos los detalles. Una exposición es como un examen, pasas mucho tiempo preparándote y es ahí donde ves el resultado, si a la gente le gusta lo que haces o no y si recibe el mensaje.

¿Qué proyectos tienes en marcha actualmente? ¿O en la recámara para los próximos meses/años?

Por suerte me siguen llegando propuestas. Hay una convocatoria en concreto en la que me gustaría participar y que mezcla arte y naturaleza. Estoy viendo qué es lo que podría aportar. Evidentemente ahora estoy muy limitada al tiempo de realización, a los materiales y al lugar.

Pero como decía antes, esta etapa de maternidad me está ayudando a reflexionar sobre mi trayectoria y a definirme. Por ejemplo, he hecho dibujo, que nunca antes había hecho como obra final y he trabajado más con cerámica. He contactado con algunos artistas ceramistas de la zona e ir a su taller y respirar el ambiente que hay allí, ya me revitaliza.

¿Cuál es la situación de los artistas en España actualmente? ¿En qué crees que podría/debería mejorarse?

Estamos en una época bastante dura, pero como muchos otros profesionales. Aunque sí debo decir que, en general, a los artistas se nos infravalora en cierta manera poniendo en duda nuestra profesionalidad. Incluso desde las instituciones. Cualquier profesión tiene un convenio regulador y a nadie le extraña que se pida una contraprestación económica por un trabajo. A nosotros nos dicen:”pero si exponiendo aquí te estás promocionando o si te dejamos gratis el espacio ya es bastante”. Pero los artistas también pagamos facturas, nos vestimos y comemos. Además de pagar la cuota de autónomo e IVA.

Por suerte en la Comunitat Valenciana, tenemos la AVVAC, la Associació de Artistes Visuals de València, Alacant y Castelló que está luchando para que haya transparencia en la gestión y la política cultural en la región.

También trabaja para que se conozca y se practique el “decálogo de las buenas prácticas profesionales en las artes visuales” que ya existe en otras comunidades españolas, en Europa y a nivel internacional. Este convenio ha sido firmado por algunas instituciones (ayuntamientos, diputación, museos, etc.) y esperamos que cada vez sean más.

Es cierto que muchos artistas se han endiosado y  han tirado piedras sobre el tejado de la profesión, pero hay que comprender que, al fin y al cabo, nuestras obras son también productos, en muchos casos destinados a la venta y que detrás de ellos hay unos conocimientos, unos impuestos, unos materiales y espacios, etc.

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Beatriz reivindica la profesionalización de la labor de los artistas visuales

Tienes tu propia web, además de perfiles en distintas redes sociales, ¿cómo ayuda a los artistas el entorno digital?

Creo que es muy importante mantenerse activo en internet, aunque al principio cuesta bastante aprender a manejarlo todo. Lo lógico es pedirle a un amigo que te haga una web o te ayude con las redes sociales, luego ya ves que hay que profesionalizar el tema. Así que tienes dos opciones: pagar a alguien para que lo haga bien o aprender a hacerlo tú mismo.

Me pasé mi primer embarazo delante del ordenador aprendiendo a hacer páginas web. Y me di cuenta de que me gustaba. Hice muchos cursos online. Las webs tienen una componente de diseño y de contenidos artísticos que me resultan muy atractivos.

Este aprendizaje me ha permitido abrir una nueva línea de trabajo haciendo páginas web para terceros. Y ahora, cuando me proponen alguna web analizo el tiempo que me va a llevar y que componente artístico tiene el proyecto para ver si lo acepto. Pero es una forma más de ganarme la vida, y en este campo, nadie pone en duda su remuneración económica (curioso…).

Personalmente mi página web e Internet es lo que me permite mantener el contacto con todo lo que hecho en los últimos años y seguir cultivando las relaciones. Además de promocionar mi obra, es un canal fantástico para promocionarme a mí misma como artista, como creadora. Es un espacio en el que puedes construir tu marca personal. Cada día me sorprendo con algún mensaje nuevo, de alguien que ha visto mis obras desde la otra parte del mundo, que ha llegado a mi web desde algún enlace de escultura; me preguntan por los simposios a los que he ido, si conozco a los organizadores… es un canal de comunicación muy activo y muy útil. Y yo también lo uso para buscar artistas que me gustan o espacios expositivos nuevos, etc.

Formo parte de una asociación europea que se basa en la difusión del arte en tres dimensiones y en la promoción de los artistas. Se llama Sculpture-network. Actualmente soy coordinadora de la zona norte de España y trato de conectar a los escultores de esta región, visitarles en su taller, promover sus exposiciones y organizar encuentros donde podamos poner en común los proyectos personales de cada uno. Así se aprende a valorar el trabajo de otros artistas en primera persona. Ésto me motiva mucho y me abre nuevos caminos profesionales.

Estás trabajando en la Asociación para la creación de dos esculturas que simbolicen nuestros proyectos Blue red e Innova&acción, ¿qué puedes contarnos de estas esculturas y lo que has querido plasmar con ellos?

Proyectos como éste los disfruto mucho y estoy muy agradecida de que me hayáis dado esta oportunidad. Después de ver e interiorizar qué significaban estos proyectos busqué la forma de transmitir lo que yo había percibido.

En el caso de Blue red, estoy tratando de representar la internacionalidad del proyecto, a través de una esfera como si fuese una bola del mundo. Y sobre ella, muchos pies-personas distribuidos de forma aleatoria, dejando sus huellas.

En mi obra siempre represento a las personas como pies redondeados. Creo que si nos cogiesen de la cabeza y nos aplastasen hacia abajo luciríamos así.

En el caso de Innova&acción, he querido transmitir dos ideas, la de movimiento y la de constancia, por el hecho de que hay que estar ahí trabajando todos los días para que las ideas lleguen.

Por eso la escultura no estará anclada a ninguna peana. Se podrá mover a modo de ola, como una semicircunferencia, tendrá el logo en la parte superior y en la base, para sustentarla y equilibrarla, un grupo de pies-personas.

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